Sin embargo, hay también un crecimiento de la industrial forestal por la demanda de celulosa, productos de madera aserrada, contrachapados y tableros de fibra, principalmente. Se estima, por lo tanto, que el mayor volumen de madera provendrá de plantaciones forestales.
Además tenemos que internacionalmente se han realizado esfuerzos para establecer mecanismos para reducir las emisiones de CO2, principal gas de efecto de invernadero, tales como los convenidos en el Protocolo de Kyoto, en donde se considera la posibilidad de usar sistemas forestales plantados como sumideros de CO2, representando una posibilidad atractiva para mitigar los problemas del cambio climático.
Las plantaciones forestales tropicales tienen algunas ventajas con respecto a otras fuentes de madera. En particular, pueden alcanzar incrementos medios anuales en promedio de 5 a 10 veces mayores que los que presentan los bosques naturales y a menudo son mucho mayores que los alcanzados en las plantaciones no tropicales.
Por lo tanto, los costos de producción de la madera de plantaciones tropicales son más bajos que los costos de los bosques naturales y de los de plantaciones de zonas templadas.
Además es importante resaltar que las plantaciones forestales en el trópico, constituyen un modelo natural para el desarrollo de sistemas agroforestales, es decir, la combinación con cultivos agrícolas o animales.
Ésta puede ser una opción viable para pequeños productores que dependen de la tierra para subsistir, lo que les permitiría satisfacer sus necesidades básicas y amortizar sus inversiones en el corto, mediano y largo plazo.
En este sentido el establecimiento de plantaciones forestales comerciales en las zonas tropicales de México es una actividad con muy alto potencial, que permitirá incrementar la productividad del sector, atender el mercado nacional y reducir la presión sobre el recurso natural.
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